COLESTASIS Y EMBARAZO
La colestasis intrahepática del embarazo (CIE) es una forma reversible
de colestasis que se presenta durante el
segundo y tercer trimestres de la gestación. Se caracteriza por prurito
generalizado que predomina en palmas y plantas, acompañado de una elevación en
los niveles séricos de ácidos biliares. No implica un riesgo materno; sin
embargo, existe un aumento en el riesgo de desenlaces fetales adversos,
principalmente el nacimiento pretérmino, líquido amniótico meconial y muerte in
útero. A pesar de que el ácido ursodesoxicólico ha demostrado ser eficaz,
no se ha logrado la disminución de estos desenlaces y tampoco existe un método
de vigilancia fetal ideal para estos casos.
La incidencia varía ampliamente según factores geográficos, étnicos y ambientales.
Es una patología estacional que presenta mayor frecuencia en época invernal.
Mayor incidencia en embarazos dobles (20% vs. 1%). Mayor incidencia en
tratamientos de fertilización.
ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGIA:
La fisiopatología
tiene que ver con el mecanismo de transporte y excreción de los ácidos biliares
a nivel del hepatocito, su flujo hepatobiliar y su recirculación
enterohepática; su etiología es multifactorial: se debe a factores hormonales,
genéticos y otros (ambientales).
En
cuanto a la etiología hormonal sabemos
que la elevación de estrógenos, progesterona y sus metabolitos sulfatados
(especialmente el PM4 sulfato), interferirían en el transporte y excreción
biliar por su capacidad de saturar los sistemas transportadores involucrados.
Por lo tanto adquieren una marcada acción procolestatica. Además acorde al pico
hormonal, el momento de aparición de la patología en el segundo trimestre
avanzado y tercer trimestre generalmente. Los valores hormonales son mayores en
los embarazos dobles, y en ellos mayor incidencia de colestasis (20%). También
se observa mayor frecuencia en embarazos por FIV. Apoya esta etiología la
recurrencia de la patología ante la toma de anticonceptivos y la normalización
de la función hepática y desaparición del prurito en el postparto. Entre las 2
y 8 semanas.
La etiología genética, se ha observado que
la mutación de genes que codifican proteínas transportadoras a nivel
hepatocelular y colangiocítico estaría involucrada en el transporte de los ácidos
biliares y su excreción. Esto explicaría la mayor incidencia de aparición en
algunos grupos étnicos, y la tendencia a la recurrencia en sucesivos embarazos.
Otros factores etiológicos: Como el déficit de selenio, endotoxinas bacterianas y Hepatitis C. En cuanto al selenio se sabe que varía con la dieta.
Otros factores etiológicos: Como el déficit de selenio, endotoxinas bacterianas y Hepatitis C. En cuanto al selenio se sabe que varía con la dieta.
Mecanismo de transporte en el feto:
El feto sintetiza AB
antes de tener maduro su mecanismo de excreción. Elimina los AB a través de la
placenta, que actúa como una bomba exportadora hacia el torrente circulatorio
materno para ser eliminados. La placenta expresa proteínas transportadoras (MPR2,
MPR3 y MPR4), que le confieren participación activa en el transporte de los AB.
El nivel elevado de los mismos en suero materno se correlaciona con niveles
elevados en LA y sangre fetal. Estos podrían afectar estructural y
funcionalmente a la placenta, comprometiendo la capacidad de transporte de los
AB fetales a la madre, favoreciendo su acumulación en compartimiento fetal, y
el consecuente daño. La colestasis materna produce daño oxidativo a la unidad
feto-placentaria, que puede poner en peligro el curso del embarazo. La mayor
citotoxicidad se asocia a los ácidos biliares más hidrofóbicos.
PRONÓSTICO MATERNO: Si la colestasis es
severa, puede ocurrir deficiencia de vitaminas liposolubles, que además puede
ser agravada por la administración de colestiramina.
El pronóstico materno
en casos de CIE es bueno en general. El prurito suele desaparecer en los
primeros días después del nacimiento, acompañado de normalización en las
concentraciones séricas de los ácidos biliares y otras pruebas hepáticas. Las
mujeres que se vieron afectadas durante la gestación no muestran posteriormente
secuelas a nivel hepático. La CIE tiene una recurrencia durante los siguientes
embarazos de 60 a 70%, y las pacientes tienen un riesgo aumentado (2.7 veces)
para el desarrollo de cálculos biliares en etapas posteriores.
Los estrógenos y las
progestinas son una opción aceptable para ser empleada como método
anticonceptivo en aquellas mujeres con historia previa de CIE, esto debido a
que los beneficios superan a los riesgos. Sin embargo, en las pacientes donde
la presentación de CIE fue relacionada con el uso de hormonales, se prefiere
evitarlos, ya que aumenta el riesgo de volver a presentarla.
PRONOSTICO FETAL: En contraste con el
favorable pronóstico materno, la colestasis intrahepática del embarazo para el
feto conlleva un riesgo significativo, llegando en ocasiones hasta la
letalidad. Las principales complicaciones son los nacimientos pretérmino,
líquido amniótico meconial, muerte fetal y aumento en el riesgo de síndrome de
distrés respiratorio neonatal (asociado a la entrada de ácidos biliares a las
vías respiratorias)
Niños nacidos de mujeres
con CIE tienen mayor riesgo de tener IMC elevado y dislipemia a la edad de 16
años.
El comienzo de la
(CIE) es típicamente anunciado por un desarrollo de prurito, el cual puede
llegar a ser en ocasiones intolerable. Éste es, a menudo, generalizado y
predomina en región palmar y plantar de manos y pies; empeora durante las
noches. El depósito de ácidos biliares en las terminaciones nerviosas de la
piel se ha propuesto como un mecanismo causal de este síntoma. Otra de las
teorías sugiere que el acúmulo de las sales en los hepatocitos causa una
liberación de sustancias pruriginosas.
El examen físico es
inespecífico, puede mostrar escoriaciones secundarias al rascado. La ictericia
es rara, ocurre en menos del 10% de los casos, y a menudo es posterior al
prurito. Otro síntoma, aunque menos frecuente, es la esteatorrea.
Hallazgos de
laboratorio: las concentraciones totales séricas de ácidos biliares incrementan
en los casos de CIE y pueden ser la primera y única anormalidad en los exámenes
de laboratorio.
DIAGNOSTICO:
Toda mujer embarazada
que presente prurito requiere de exámenes de laboratorio complementarios.
La mayoría de las
pacientes son diagnosticadas durante el segundo y tercer trimestres del
embarazo. El diagnóstico se basa en la presencia de prurito asociada a
concentraciones elevadas de ácidos biliares séricos totales y de aminotransferasas,
así como a ausencia de alguna patología que produzca síntomas y hallazgos de
laboratorio similares, como preeclampsia o síndrome de HELLP.
DIAGNÓSTICO
DIFERENCIAL:
Siempre
se debe hacer diagnóstico diferencial con otras hepatopatías en el embarazo: virales
como, Hepatitis B, Hepatitis A, Hepatitis C, otras patologías de hígado y vías
biliares, por ejemplo litiasis, esteatosis, barro biliar y con patologías
dermatológicas que causan prurito del embarazo como prurito gravídico, erupción
atópica del embarazo, erupción polimorfa del embarazo, penfigoide gestacional y
prurigo del embarazo.
TRATAMIENTO:
- Se inicia tratamiento médico con ácido ursodesoxicólico 900mg/día (dosis máxima 1200 mg/día).
- Antihistamínicos de 1ª generación como la dexclorfeniramina: En dosis de 2 comprimidos día o 2ª generación como la loratadina 1 comprimido/día.
- Se realiza MPF con corticoides (Betametasona 12 mg, IM, 2 dosis o Dexametasona 4mg c/8hrs.IM, 6 dosis), entre las 24 y 34 semanas. Eventualmente se podrá realizar una segunda serie si persiste el riesgo de prematurez (menos de 34 semanas) siempre y cuando hayan pasado al menos 15 días de la anterior. Entre la semana 34 y 36,5 en caso de interrupción del embarazo y si la paciente no recibió con anterioridad corticoides se podrá evaluar su administración.
- Dieta hepatoprotectora.
- Si los síntomas no seden al tratamiento evaluar maduración pulmonar e interrupción del embarazo.
CUIDADOS DE
ENFERMERÍA:
- Asesorar a la mujer sobre la importancia de someterse a un tratamiento médico de manera oportuna.
- Educar a la madre sobre los beneficios y adecuada técnica de lactancia materna, aclarando que por el tratamiento farmacológico no se debe interrumpir.
- Brindar correcta asesoría a la mujer sobre planificación familiar, esto debido a que los beneficios superan a los riesgos. Sin embargo, en las pacientes donde la presentación de CIE fue relacionada con el uso de hormonales, se prefiere replantear la decisión en conjunto con ginecología.
- Educar a la gestante sobre su enfermedad y posibles complicaciones
- Alentar a la gestante y su familia, siendo siempre positivas con la pronta y exitosa recuperación.
BIBLIOGRAFÍA:
- ACTA MÉDICA GRUPO ÁNGELES. Volumen 11, No. 1, enero-marzo 2013 - Diagnóstico y manejo de la colestasis intrahepática del embarazo. Reporte de un caso y revisión de la literatura - Jacqueline Jhoanna Maya Quiñones, Daniel Silverio Zúñiga Lara, José Luis Maya Quiñones.
- Colestasis Intrahepática Gestacional (CIG) - Consenso FASGO 2016
- Archivos de medicina, Octubre-Noviembre, año/vol. 1, número 005, asociación Española de médicos internos residentes COLESTASIS GRAVIDICA: ETIOLOGIA, CLINICA, DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO – M.cerrillo Martínez/ A. Arguello Gonzales/ C. Avilés Salas / L. Gil Marinez Acacio/ A. Amezcua Recover/ G.Gonzales de Merlo.
- The American College of Obstetricians and Gynecologists/ 2014 - Williamson y Geenes Colestasis Intrahepática del Embarazo.
En el caso de la fisiopatológica podría haber vinculado recursos como el mapa conceptual, que destaca ideas claras y claves, es más llamativo y del fácil comprensión.
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